Aprendiendo a jugar

Por: Gabriel Torres Salazar
Nº 381 -
diciembre - 2023
Balance y rentabilidad de los juegos Paramericanos Santiago 2023. El rédito de esta gesta deportiva está claro: es deportivo. Pero, también y muy especialmente, social, organizacional y económico para el país. Buen balance y rentabilidad social para Chile

Todavía me parece ver bailando, corriendo, luchando, jugando, nadando, pedaleando, remando o saltando a los atletas que compitieron en los juegos Panamericanos de Santiago 2023. Y sus coloridas vestimentas y sonrisas en los más diversos rostros.
Qué gran entusiasmo y alegría vivida entre el 20 de octubre y 5 de noviembre. Fueron jóvenes
atletas, también adultos, incluso adolescentes, concentrados en sus desempeños, provenientes de 41 países de América, con más de 7 mil competidores en canchas y pistas, los protagonistas. De los 664 atletas chilenos inscritos 321 fueron mujeres y 343 hombres.
Buen balance de género.

Una gran gesta deportiva que nos emocionó de inicio a fin, a las familias chilenas y del Continente.
Con presencia artística y contagiosos y espontáneos bailes de deportistas en sesión inaugural y de clausura. En total, se estima que sobre 1,5 millones de personas concurriendo a recintos deportivos y en las calles. Más de la mitad de la población del país vio las competencias por televisión, millones en América y otros tantos en los demás países del globo.
Un entusiasta público presencial o remoto vitoreo los triunfos de los atletas y los entrenadores, en
graderías y camarines, festejaban a sus pupilos o sacaban lecciones de las derrotas. La masiva
asistencia de fanáticos, aficionados y público general lleno los estadios, lagunas y a campo traviesa. Y no faltaron familiares, amigos y vecinos afectuosos en recintos poco conocidos. Todos emocionados entonando o escuchando, los himnos nacionales de los ganadores.

El medallero, registró setenta y nueve preseas ganadas por nuestros atletas, dejando atrás las
cincuenta obtenidas en los Panamericanos de Lima, hace cuatro años. El desglose indica 12 doradas – una menos que en Lima–, más 31 de plata y 36 de bronce. Chile ocupó el 8° lugar en medallas, antecedido por Argentina, Colombia, Cuba, Canadá, México, Brasil; siendo Estados Unidos el primero en el Rankin con 286 preseas, de las cuales 124 son doradas.
Buen balance de medallas para Chile.

En lo organizacional, el evento fue exitoso, sin reproches que no sean aquellos de orden menor que abundan en criticas mezquinas y circunstanciadas. El evento, a juicio de comentarios de radio, prensa escrita, televisión y redes sociales, oxigenó al país. Mucho más por los testimonios recogido del público en estadios, de personas circulando en calles, de entrevistas en casa y a deportistas, que por comentarios editoriales de los medios. Un acierto de radios, televisión y redes sociales fue incorporar
a entrenadores y deportistas jóvenes, de diferentes disciplinas, a comentar lo presentado in situ en
audios e imágenes de las competencias; mostrando, sin morbo alguno, faltas o errores cometidos.
La fiesta deportiva demostró que la migración y diversidad de origen de los competidores le hace
bien al deporte y, por qué no decirlo, al país entero. –Hay 79 formas de ser chileno, parafraseando lo dicho por un columnista local–. Ha quedado demostrado que la dedicación no es esfuerzo perdido, que la diversidad es mejor que la uniformidad, que la juventud deportiva no es abúlica ni generación pérdida; en fin, que tantos prejuicios sembrados en contextos de confrontación de política partidista
no aplican en ambientes de camaradería deportiva. En lo internacional la gesta deportiva fue una
ventana para mostrar al exterior lo que es y ofrece nuestro hermoso y fraterno país.
Buen balance social para Chile.

En cuanto a cifras económicas y financieras, se sabe que el presupuesto inicial, hace 8 años, se fijó en 170 millones de dólares, monto subestimado a todas luces, teniendo en cuenta que el Panamericano de Lima hace cuatro años, en cifras redondas, costó 1.000 millones de dólares y que el anterior en Toronto fue de 2.500 millones. Las entradas pagadas por acceso a los recintos fueron todas vendidas, agotadas en algunos recintos. Otras cifras marcan 6.500 millones de pesos anuales para el mantenimiento del remodelado Estadio Nacional y conservación de la infraestructura de los centros
deportivos. El premio para los medallistas de oro fue de 200 UTM (unidades tributarias mensuales), 150 la plata y 100 el bronce, además los atletas de alto rendimiento reciben otros incentivos estatales y de sus respectivas asociaciones. Se habla de 650 millones de dólares el total de gastos e inversiones para Santiago 2023, siendo el evento más importante en la historia del deporte realizado en el país. Al final, la autoridad deportiva nacional señala que por cada dólar invertido se espera 1,18 dólar de retorno a la economía.
Buen prebalance económico.

El rédito de esta gesta deportiva está claro: es deportivo. Pero, también y muy especialmente, social, organizacional y económico para el país. Lo deportivo lo refleja el medallero para Chile y todos los países que compitieron. Lo social, en el oxígeno y avenimiento que produjo el deporte en los
habitantes del país y de la región. En lo organizacional, Chile se gana medalla, pues en palabras de dirigente internacional del deporte el “país está para más”. Punto a favor y tarea para los dirigentes deportivos a cargo de estos juegos. Y, en lo económico, la gesta deportiva mostró al continente y el mundo, una vez más, la seriedad que abre puertas a la inversión e invita a visitar el país.
Hasta el clima mostró sus cuatro estaciones en dos semanas, con días soleados, tormentas un día,
noches frías y días primaverales. La Cordillera de los Andes vistió sus picos de blanco para saludar a
competidores y visitante. Hubo elogios múltiples para los campos deportivos, la villa olímpica y
atenciones al huésped, así como al impecable tren subterráneo, y sus estaciones, que transportó a
diario a muchos de los atletas y comitivas, desde sus habitaciones en la villa hasta las paradas
colindante con los campos deportivos y otros lugares de la ciudad. Lo que bien sintetiza la
exclamación de una joven atleta mexicana en el Metro: ”¡por qué me quieren tanto los chilenos!”

¿Qué sigue? El conocimiento financiero y no financiero de todo balance y resultado --los lectores de estas páginas lo saben--, cierra el 31 de diciembre. Luego, a lo ya conocido y registrado en el desarrollo de las competencias, habrá que hacerle contabilizaciones y auditorias de cierre para conocer lo final. De seguro será un balance con números azules, como el logro de medallas y la
contagiosa fraternidad deportiva, nacional y americana, vivida en estos juegos. Lo mismo que en los Paraparamericanos que le siguieron.
Buen balance y rentabilidad social para Chile

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