¿IAAhora qué con el trabajo?

Por: Gabriel Torres Salazar
Nº 384 -
marzo - 2024
Se crean nuevos trabajos, desaparecen antiguos empleos

En el presente veraniego que vivimos nos llueven ideas. Para algunos, ya no bajo la ducha, sino bajo la sombra de un árbol, o mirando las olas del mar, o visitando lugares deseados de conocer, o llenando el tiempo de viaje.

Me fui de vacaciones, pensando en las muchas preguntas que nos dejó el Congreso Futuro, de enero 2024, en su excelente décimo tercera versión, con el singular interrogante de ¿IAAhora qué hacemos? No pude evitar la tentación de parafrasear el título en esta nota.

Porque de eso se trata, de preguntas para reflexionar en congresos y en todo tiempo y lugar, más que respuestas de conformidad. No está demás decir que los temas centrales de este encuentro científico y cultural estuvieron impregnados de Inteligencia Artificial, de ahí el lema con las iniciales IA unidas al Ahora.

Uno de los asuntos de análisis en el evento - que ronda en mi cabeza desde hace mucho- es lo que ocurrirá con el trabajo, frente a los desarrollos tecnológicos ya presentes y otros que se avecinan. Sobre todo, los impulsados por aplicaciones con inteligencia artificial generativa, de esa de autoaprendizaje y algoritmos de retroalimentación automática. Ocurrió, como digo, que hace un tiempo, preparando clases para mis estudiantes de costos industriales y comerciales en la universidad, me encontré con un artículo bajo el título de que la “Mano de obra tiende a cero”.

Se me quedó grabado. El título y el contenido.  La responsable era la tecnología empleada en los procesos fabriles y como la robótica invadía talleres de fabricación automotriz, dejando desempleado a ingenieros, técnicos y demás personal de producción. Eran puestos de trabajo de mano de obra calificada, creados hace un siglo y medio. Duraron poco. El concepto de mano de obra, no obstante, es anterior, viene de lo que hoy denominamos Primera Revolución Industrial, en el siglo XVIII, y lo seguimos empleando en cuestiones laborales.

Pero, ¿qué sucede ahora? Hay más estudios, más investigaciones, más desocupados en cargos tradicionales y así seguirá siendo. ¿Qué hacer, entonces, para saber algo más y actuar adecuadamente? Nada mejor que efectuar un exhaustivo recorrido por las distintas conferencias, ponencias y experiencias relatadas en el Congreso, además de revisar la copiosa bibliografía recomendada. Sí, pero no. Nada de eso. Ese es el camino antiguo.

Hoy hay que seguir la ruta de la tecnología, recurrir a los medios y programas informáticos disponibles. Además, no hay mucho tiempo, estaba de vacaciones, de descanso y recreación. Qué más oportuno, entonces, que preguntarle a la misma IA sobre el asunto.

Consulté al ChatGPT. Dicen que lo sabe casi todo.

Confiando en la amplísima información almacenada en este chatbot, la que supera con largueza la capacidad humana de recopilar, analizar y resumir, su respuesta no fue catastrófica. El ejercicio fue provechoso. Me respondió de inmediato. En titulares, la contestación corta es que se eliminarán algunos trabajos, pero se crearán nuevos. La larga, es más explicativa, condicional y con matices. Algo de ella:

“La disminución de mano de obra en la producción de bienes y servicios es un fenómeno que ha estado en marcha durante varias décadas, impulsado principalmente por avances tecnológicos, automatización y cambios en la estructura económica…  la automatización puede eliminar ciertos trabajos, también puede crear nuevos roles y oportunidades en sectores emergentes. La adaptación de la fuerza laboral y la implementación de políticas adecuadas son cruciales para gestionar estos cambios de manera equitativa y sostenible… La afirmación de que "la mano de obra tiende a cero" es un enunciado general que debe tomarse con precaución y contextualizar en el marco específico al que se refiere”.

Tranquilizadoras respuestas, frente a la lectura de pensadores como Y.N.Harari que en su libro “21 lecciones para el siglo XXI”, advierte en el titular de uno de sus capítulos que “cuando te hagas mayor, puede que no tengas un empleo”. Y en el texto desliza su opinión de que la IA está empezando ahora a superar las capacidades humanas, entre ellas la comprensión de las emociones humanas y lo cognitivo del ser, como antes la maquina reemplazó a la fuerza física del hombre y de los animales.

El ChatGPT me recomendó, también, autores para estudio de estos temas, entre ellos a Jeremy Rifkin, con su libro "La sociedad del coste marginal cero" ("The Zero Marginal Cost Society"), donde explora la idea de cómo la tecnología, incluida la automatización, puede llevar a una disminución del costo marginal y transformar la economía. Algo de lo que ya estamos presenciando o siendo actores, sin saberlo.

Tal como lo advierten los investigadores y científicos, presentes en el Congreso Futuro, a los estados, empresas y personas: la IA continuará desarrollando nuevas aplicaciones y usos masivos. Imposibles parar la historia.  Precisando que el problema con la IA, como todo conocimiento científico y tecnológico y sus productos derivados, no es el desarrollo ni sus aplicaciones. La dificultad es ética. Radica en el uso y propiedad del conocimiento científico y tecnológico, que se atribuyen unos pocos.  Es necesario enrumbarla en cuestiones éticas y aumentar la difusión de beneficios y prevenciones en toda la población del Orbe, como en nuestro propio rincón.

Por ahora, a seguir trabajando y revisando conclusiones del Congreso, para hacernos la idea del trabajo futuro, propio y de nuestra descendencia. Con marzo llega el término de las vacaciones veraniegas, aunque no el fin de las reflexiones.

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1 comentario

  • Pablo Vicencio

    Interesante artículo profesor!

    Creo que la llegada de la IA es una gran oportunidad, aunque siento que en Chile si no se toman medidas que avancen al ritmo de lo que está pasando a nivel mundial en los diversos contextos tecnológicos,

    Hasta hace poco tiempo, conocí a colegas que aún llevaban contabilidades a mano o que no saben manejar el computador de forma correcta, y me sorprende sobre todo en generaciones más jóvenes.

    No quiero ser pesimista, pero creo que en nuestra profesión (tanto contadores como auditores) seguirá estando esta resistencia al cambio, lo que puede llegar a impactar fuertemente este sector.

    Así que no queda otra que adaptarse y tratar de estar al día con las novedades, además de poder sacarle el máximo partido.

    Un saludo profesor, y gracias por poner estos temas sobre la palestra.

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