Adios al dinero de papel

Por: Gabriel Torres Salazar
Nº 374 -
mayo - 2023
El decano de economía de la Universidad de Chile, como muchos académicos, aboga por dejar el papel moneda. Las nuevas formas digitales, serían más seguras que el porte y uso del dinero en la billetera o bolsillos, traería ahorros al dejar de producirlo y mayor confianza en las transacciones.

¿Billetes y monedas físicas, hasta cuándo? Con tanto avance tecnológico campeando por el mundo de las finanzas, ya no se pregunta si habrá dinero digital, sino en qué fecha cesará la circulación física del papel moneda. Y es que hay voces expertas y autorizadas hablando del tema en el mundo, en nuestra región y en el propio país.

El dinero plástico en tarjetas de débito y crédito ya se impuso como medio de pago. Con la bitcoin y sus similares, que reemplazan monedas tradicionales, se practica hace rato. Las fintech, empresas de giros financieros tecnologizados, avanzan en su competencia contra la banca tradicional. Hace algunos meses mandatarios de países de la región proponían moneda única para el Cono Sur de América. Y sectores políticos y académicos en nuestro país, están sugiriendo el término de las emisiones de dinero en papel y metálico.

Un medio de prensa capitalino titulaba hace unos días que los “chilenos se alejan del efectivo y que cerca de un 60 % utiliza medios de pago digitales”, citando un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS). Agregando que “en pandemia (la del Covid de los años 2020-2022) se adoptaron muchos hábitos digitales por necesidad, y gran parte de esos hábitos modelan el nuevo consumidor”. Y que “un 58% de las personas encuestadas ocupa más las tarjetas de crédito, débito y prepago que en la época pre pandémica”. A su vez, un 71 % reveló que utiliza menos efectivo (monedas y billetes). Quedando pocos por agregarse a la masividad de las transferencias electrónicas con bancos, el comercio y entre particulares.

Tampoco es extraño ver a consumidores en restaurantes o de compras en el retail, pagando sus consumos y adquisiciones con su teléfono móvil. Allí tienen instaladas aplicaciones que activan programas informáticos con uso de código QR y pagan al contado con lo que se llama efectivo, pero sin cheques, sin billetes.

El decano de economía de la Universidad de Chile, como muchos académicos, aboga por dejar el papel moneda. Las nuevas formas digitales, serían más seguras que el porte y uso del dinero en la billetera o bolsillos, traería ahorros al dejar de producirlo y mayor confianza en las transacciones. Una senadora de la república, y parlamentarios en general, muestran interés en legislaciones tempranas para regular estos nuevos usos del dinero electrónico. Para el Banco Central, emisor del papel moneda en el país, no es extraño dar de baja billetes y monedas por desuso, así ha estado ocurriendo con las monedas de uno, cinco y diez pesos, usted lo sabe; solo que ahora el cambio de billetes no sería solo por desuso, sino por nuevos hábitos y uso de tecnologías que hoy lo permiten.

Los sistemas contables de arqueos físico de caja, esos donde se cuenta y registra físicamente la existencia de billetes y papel moneda, hace rato que han dado paso a arqueos digitales del efectivo, y, cómo muchas otros procesos y funciones financieras en las empresas, se encuentran digitalizadas.

No está de más recordar que la historia de los medios de pago, es un continuo que sigue su marcha de acuerdo con los tiempos. Hoy es tiempo de muy diversas mutaciones políticas, sociales y económicas, impulsadas –la gran mayoría-  por conocimiento científico y tecnológico puesto a la mano de las personas en todo lugar, todos los días y durante las 24 horas, junto a aplicaciones y productos surgidos de esas mismas tecnologías.

En la historia de los medios de pago se cuentan –solo por recordar cosas conocidas- el primitivo trueque como medio de pago; todavía subsiste, aunque con el nombre de canje, mediante el cual se intercambian “cosas”. El uso de minerales de valor como el oro, la plata u otras piedras preciosas, fáciles de transportar y de valor duradero. Luego los documentos de pago como las letras de cambio, los pagaré y cheques, todos en desuso. Saltándonos el billete y monedas metálicas, le sigue el “dinero plástico” con las tarjetas de débito, crédito y prepago de uso masivo en los últimos años.  El dinero digital o criptomonedas cuyo principal exponente es la bitcoin, en el país la luka y la chaucha.  Las transferencias electrónicas, los pagos a través de celulares con código QR y, a un clic de distancia, quién sabe cuántas formas nuevas nos esperan.

¿Para qué entonces billetes de papel?

Los nostálgicos echaran de menos, en breve, los usos más recientes de medios de pago, como les sucede a los mayores con los instrumentos de su época. Quizás muy pronto todos recordemos con nostalgia leyendas, figuras y signos impresos en los billetes, aunque será improbable olvidar la imagen de autoridades y próceres mostradas en el papel moneda, en particular la de Gabriela Mistral en el billete rojo anaranjado de cinco mil pesos.

 

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